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La Preservación de sus Palabras en Salmos 12

Foto del escritor: Dr. Carlos DonateDr. Carlos Donate

Actualizado: hace 3 días


En la Biblia del Oso del año 1569 hallamos la siguiente traducción:

 

“Tu Jehová los guardarás: guárdalos para siempre de aquesta generación”

 

Cipriano de Valera en el año 1602 traduce de la misma manera este pasaje. Nuestros traductores reformistas españoles lamentablemente vertieron este verso para que “guardar” (hebreo: “shamareem”—modo “qal” verbo imperfecto, 2ªpersona, plural femenino) se refiera a los justos, pero no a las palabras de Dios. Ni siquiera usaron el verbo “preservarás” (hebreo: “natzarhenu”—modo “qal” verbo imperfecto, 2ª persona singular masculino) aunque “shamar” y “natzar” son sinónimos. Hoy, sin embargo, tenemos una traducción que fortalece la doctrina de la preservación de las palabras de Jehová. Veamos la Santa Biblia RVG editada por Dr. Humberto Gómez Caballero:

 

(6) “Las Palabras de Jehová, son Palabras puras; Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces. (7) Tu, Jehová, Las guardarás; Las preservarás de esta generación para siempre.”

 

El creyente bíblico fundamental  hispano de hoy cree que el Salmo 12:7 es indispensable para comprobar que Dios ha prometido guardar y preservar Sus palabras para siempre. Por ello, la RVG revisó con bases este importante texto bíblico haciendo que los dos pronombres (femenino plural) “las” sean congruentes en género y número con sus objetivos, “guardarás” y “preservarás” respectivamente, que a su vez hacen referencia al sustantivo antecedente “palabras”. Ciertos de nuestros detractores dirían que esto es un abuso o un cambio para satisfacer una línea de pensamiento personal, alegando el que el sustantivo es en masculino, que por ende se el artículo en cuestión debe serlo también. Sin embargo, ¿existe razón para el cambio? ¿Cuáles son estas bases para dicha revisión? Cito varios expertos en la sintaxis bíblica hebrea:

 

I. “An Introduction to Biblical Hebrew Syntax” por Bruce K. Walke y M. O´Conner, Winona Lake, Indiana, EEUU, Editorial Eisenbraus, 1990, página 108

II. “Gesenius Hebrew Grammar”, por E. Kautzch Editores, página 440-464

III. “But My Words Shall Not Pass Away”, por Dr. Tomás Strouse, Seminario Bautista Emanuel,Newington, Connecticut, EEUU, página 10

IV. Dr. Pedro Van Kleek, ver nota abajo.

 

Un cuidadoso estudio del capítulo entero revela que Dios ha prometido guardar y preservar no sólo a los justos o piadosos (verso 1), sino también Sus mismas palabras para siempre.

  

En primer lugar, debemos ver el contexto y entender el tema primordial del mismo. Sabemos que el tema primordial son las palabras habladas por los injustos, y las habladas por Dios. 

  

En segundo lugar, sé que existen dos sufijos distintos al final de estos dos verbos. Es decir, entiendo que técnicamente el consonante al final, es decir, el sufijo del segundo verbo en cuestión (preservarás) es 2ª persona singular masculino, indicado por el nun enfático (es decir, el “nun sofit” seguido del vav) que correspondería con “él” en castellano.  Sin embargo, todos los estudiosos concuerdan que el sufijo en hebreo para el primer verbo, “guardar” está en 3ª persona plural femenina, “ellas”. El sustantivo “palabras” está en género femenino plural. Transliterándolo del hebreo al español observamos:

 

(Verso 6) Las palabras de Jehová son palabras puras…

(Verso 7a) Tu Jehová las guardarás

(Verso 7b) Tu Jehová preservarás a él (y así se traduce en algunas versiones)

 

Veamos ahora lo que la Biblia Autorizada de inglés nos ofrece, recordando que hubo más de 50 expertos trabajando en la misma. Los traductores de la KJB 1611 agregaron una nota al margen del verso 7 que lee, “Heb. him… every one of them”. Esto lo pusieron para designar una excepción a las reglas normales de gramática hebrea bíblica.

 

Ahora viene lo interesante: ¿A qué se refiere con “them”? ¿Quiénes son? Amable lector, ¿recuerda Ud. el tema primordial? ¡Son las palabras! Lógicamente, los traductores de la KJV aclaran la duda del significado de los “them” para referirse a “las palabras” que en hebreo es femenino plural—“imró”, el sustantivo que antecede ambos verbos. Siendo este el caso, la RVG traduce:

 

(Verso 6) Las palabras de Jehová son palabras puras…

(Verso 7a) Tu Jehová las guardarás

(Verso 7b) Tu Jehová las preservarás (¿qué cosas? ¡Sus palabras!)

 

¿Es lícito hacer este cambio? ¡Absolutamente! El Dr. Tomás Strouse ha señalado que los escritores hebreos en veces masculinizaban las extensiones enclíticas de verbos para que estuvieran de acuerdo con el título del Dios Patriarcal, “Adonay” lo que explicaría el “nun sofit” enfático masculino de “preservarás”. Transliterado del hebreo al español, observaríamos un fenómeno literal:

 

“(el) Adonay tus palabas las guardarás, preservarás (a) él”

 

¿Le parece raro? Lo es, ya que la poesía hebrea en veces se hace muy literal. Pero para evitar confusión, la traducción correcta vierte el segundo pronombre del segundo verbo para que concuerde con “las palabras”, el objeto directo en la frase y en todo el capítulo. Los traductores de la KJB de 1611 y otros, simplemente siguieron una de dos opciones gramaticales del hebreo, optando por la más lógica, a pesar que muchas versiones lo hayan hecho de un modo literal. Vea nota abajo.

  

Ya hemos mencionado la regla de la proximidad, y expertos del hebreo bíblico como Gesenius, la ratifican . Por tanto, existen bases gramaticales hebraicas para traducir este verso “las guardarás” y las “preservarás”.

 

CITAS BIBLICAS A FAVOR DE LA PRESERVACIÓN

 

Creemos que Salmos 12:7 enseña preservación divina de las Palabras de Dios. Pero creo también que Dios ha prometido guardar a los justos y piadosos (verso 1) para toda la eternidad. ¡Qué bella doble enseñanza! Primero de seguridad de salvación, y luego del poder divino para darnos esas palabras puras para nuestra edificación. Pregúntese: ¿Prometió Dios preservar sus Palabras? ¿Las pudo guardar desde que desaparecieron los autógrafos originales? ¡Claro que sí! Dios es un Dios todopoderoso, capaz de lograrlo para todas las generaciones. Hay muchos más pasajes que lo demuestran de una manera muy clara, como Salmos 119:89, 111, 152,160; 105:8 78:1-7; Proverbios 22:20,21; Mateo 4:4; 5: 17,18; 24:35; Juan 10:35; y 1ª de Pedro 1:23-25.

   

De igual manera, ¿preserva Dios a sus santos? ¿Los guarda? ¡Sí! Juan 10:28 nos dice, “Y yo les doy vida eterna y no perecerán por siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.” En este sentido podemos creer que el Salmo 12:7 promete la seguridad de la salvación a sus hijos.

        

Otra pregunta importante es, ¿Usó Dios a los levitas de Israel para preservar el Texto Masorético hebreo? Mi respuesta nuevamente es afirmativa, como lo leemos en Romanos 3:1-4, ¿Qué ventaja, pues tiene el Judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión?, (2) Mucho, en todas maneras. Primero porque ciertamente a ellos les ha sido confiada la palabra de Dios. (3) ¿Y qué, si algunos de ellos no han creído? ¿La incredulidad de ellos hará nula la fe de Dios? (4) ¡En ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando seas juzgado”. Si no hubiera sido por el cuidado riguroso y resguardo de los levitas Masoretas a través de las edades, y en especial a Jacobo ben Chayyim durante la era de la Reforma del Siglo XVI, hoy no disfrutaríamos del texto tal y como Dios lo dio originalmente. Mejor aún, si no hubiera sido por la Versión Autorizada de 1611 y los más de 50 expertos en lenguas bíblicas, esta doctrina clave de las escrituras hubiera carecido del Salmo 12:7 como afirmación.

         

Creemos en el real sacerdocio del creyente en Cristo. ¿Quiere Dios que su iglesia guarde y preserve las Escrituras? Sí, ¡por supuesto! Hace siglos, Dios le dijo a la iglesia de Filadelfia en Apocalipsis 3:10, “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo, para probar a los que moran sobre la tierra.” A la iglesia fiel, celosa de la Biblia, también se lo dice. Por tanto, es un mandato divino que su iglesia guarde la palabra de Dios de los que quisieran corromperla. “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado en él: por esto sabemos que estamos en él.” 1ª de Juan 2: 4,5.

      

La enseñanza del Salmo 12 no sólo enseña preservación de los piadosos, sino que además enseña preservación providencial de las Palabras de Dios. Se basa no solamente en el texto, sino en el contexto inmediato del capítulo 12, y prácticamente en toda la Biblia.

     

Lamentablemente, la divergencia de opiniones en cuanto a este tema no cesa. Según el Dr. Pedro Van Kleek , existe una ambigüedad, explicada en su disertación sobre este tema. Van Kleek cita a Enrique Ainsworth, el gran erudito puritano del hebreo del Siglo XVII, al igual que Martín Lutero, y muchos grandes líderes evangélicos del pasado, como Juan Wesley, y Jorge Campbell Morgan quienes aceptaron, creyeron y defendieron la vital doctrina de preservación de las palabras enseñándolo desde el Salmo 12:7. Los traductores de la Versión Autorizada (KJV) 1611  lo tradujeron para que apreciáramos la doctrina de la preservación de las palabras de Dios, anteponiendo “them”, lo cual no restringe ni limita la doble-aplicación en la enseñanza.  Por tanto, no se trata de un “error” de la KJV, como lo señala Jeff Benner en el Internet (www.ancienthebrew.com) sino de un entendimiento de la gramática bíblica hebrea y del contexto del capítulo. Tampoco existe un consenso dentro de la erudición bíblica a favor de que el verso 7 se refiera exclusivamente a las gentes oprimidas, y es precisamente esta falta de acuerdo dentro de la escolaridad que permite traducir dichos pasajes a favor de la preservación de las palabras.  Son las traducciones de la Versión Autorizada de 1611, para el mundo de habla inglés, y la RVG, para el mundo de habla español, que podemos utilizar para predicar este bello mensaje.

  

EL MENSAJE PRIMORDIAL DEL SALMO 12

 

SALMO 12

Al Músico principal: Salmo de David.

 

1   SALVA, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos: Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.

 2 Mentira habla cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.

 3 Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y a la lengua que habla soberbias,

 4 Los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; Nuestros labios son nuestros: ¿quién es señor sobre nosotros?

 5 Por la opresión de los pobres, por el gemido de los necesitados, ahora me levantaré, dice Jehová: Los pondré a salvo del que contra ellos se engríe.

 6 Las palabras de Jehová, son palabras puras: Como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.

7 Tú, Jehová, las guardarás; Las preservarás de esta generación para siempre.

8 Asediando andan los malos, cuando son exaltados los más viles de los hijos de los hombres.

 

Notemos cuántas veces el Salmo 12 hace mención de hablar, o decir palabras:

 

1.             Verso 2- “mentira habla cada uno”.

2.             Verso 2- “labios lisonjeros”.

3.             Verso 2- “hablan”

4.             Verso 3- “labios lisonjeros”.

5.             Verso 3- “la lengua”.

6.             Verso 3- “habla soberbias”.

7.             Verso 4- “han dicho”.

8.             Verso 4- “nuestra lengua”.

9.             Verso 4- “labios”.

10.          Verso 5- “dice Jehová”.

11.          Verso 6- “palabras de Jehová”.

 

Es obvio que el Salmo 12 trata de las palabras inicuas de los injustos, y de las palabras santas de Jehová. Nueve veces hace referencia a las palabras impías dichas por los malos, y dos veces (sin incluir verso 7) hace mención de las palabras dichas por Dios. El Salmo 12, según la cita, claramente demuestra como Dios, a través de sus palabras, conforta al piadoso hijo de Dios que es perseguido por un mundo de labios soberbios, de donde proceden palabras vanas y opresivas. El Señor Jehová se levanta como Salvador de los justos y hace guerra contra sus enemigos en esta y otras generaciones, con sus palabras plateadas y refinadas como en horno de tierra. A diferencia de las palabras mundanas, las palabras de Dios son puras, guardadas, y preservadas para siempre. ¡Gloria a Dios!

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