por Donald Heinz
Un lema favorito de los comentaristas bíblicos, modernistas va así, “Los manuscritos más antiguos y mejores dicen…” Con este refrán hacen callar a los maleducados neo-evangélicos de hoy. Pero nosotros queremos preguntar, “¿Realmente es así: son mejores los manuscritos más antiguos?”
Sin lugar a duda los códices Vaticano, Alejandrino, y Sinaítico son mucho más antiguos que la mayoría de los más que 5.000 manuscritos “antiguos” del Nuevo Testamento en griego. Incluso, por lo general son tal vez 800 años más antiguos promedio que la mayoría. Pero, ¿eso los hace mejores?
Para muchos supuestos eruditos es así. Toma por ejemplo A. T. Robertson. El Profesor Robertson era jefe del departamento del Nuevo Testamento del Seminario Bautista Sureño en Louisville, KY, y una muy conocida autoridad en la interpretación del griego. Su libro “Cuadros de Palabras En El Nuevo Testamento” es considerado un clásico. A continuación encontrará su opinión en cuanto a este tema:
“Los manuscritos más antiguos y mejores tienen la misma palabra geneología (genesis) usada en Mateo 1:1, no la palabra nacimiento (engendrado) como en Mateo 1:16 (gennēsis).” [Con referencia a Mateo 1:18]
“La Doxología está puesta en el margin de la Versión Revisada. Hace falta en los manuscritos griegos más antiguos y mejores.” [Con referencia a Mateo 6:13]
“Los manuscritos más antiguos y mejores no citan estos dos versículos.” [Con referencia a Marcos 9:44 y 46]
Parece más que clara la posición de éste erudito en cuando a Aleph y B, son mejores porque son más antiguos.
Otros hombres que eran de la misma opinión eran Lachmann, Tischendorf, Tregelles, Wescott y Hort. Dr. Burgon nos informa que, según F. H. Scrivener, el texto de Lachmann nunca dependía de más que los cuatro códices antiguos, y a veces solo uno [Revisión Revisada, pg. 22]. Entonces, ellos demostraron su clara dependencia en los pocos textos antiguos como más fidedignos.
El razonamiento va así. Si el manuscrito está más cerca el original, tiene que ser más fiel, porque se supone que hubo menos copias entre él y el original, y hubo menos tiempo para que entraran cambios. Y como Aleph y B son los manuscritos más antiguos que existen, y por mucho, entonces tienen que ser mucho más fieles al original. Esto les da muchísimo peso, según ellos, cuando hay que discernir cuáles cambios fueron hechos al original en los siglos entre medio.
Hay tres problemas con esta lógica. Primero, no sabemos cuántas copias habían entre el original y Aleph o B. Tampoco sabemos cuántas copias habían entre los autógrafos y los manuscritos mayoritarios tardíos. Es una simple presuposición pensar que hubo menos copias entre los antiguos que los tardíos. No podemos ser dogmáticos sin evidencia.
El segundo problema con ésta popular teoría de criticismo textual es que no considera la posibilidad que las diferencias entre los textos antiguos y tardíos representan cambios que se hicieron a propósito en una fecha temprana, mientras los tardíos no fueron cambiados. Sin lugar a duda cambios fueron hechos en los textos por los eruditos tempranos como Orígenes. Se supone que Orígenes sacó la frase “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” de la Seputuaginta porque él no creía que Jesús hubiera dicho tal cosa al joven rico. Este cambio arbitrario se hizo a fines del segundo siglo después de Cristo. En cambio, otros eruditos cristianos reconocidos como los “Padres de la Iglesia” abalan que esto era parte de la Escritura original.
El tercer problema con la teoría que “más antiguo es mejor” es que solamente se supone que habría mucho más unidad entre los textos antiguos que los textos tardíos. Si el aumento de tiempo entre el original y la copia incrementa la distorsión entre las copias, debe haber mucho más confusión entre las copias tardías que las copias tempranas. Sin embargo, esto no es ni cerca el caso con los manuscritos. Entre los textos más antiguos hay mucho más diferencia entre sí mismos que entre diferentes representativos del texto mayoritario tardío. H. C. Hoskier en 1914 contó 3036 diferencias entre Aleph y B solamente en los evangelios. Pero, se supone que Aleph y B son del mismo siglo. ¿Cómo es posible que haya tantas diferencias entre ellos mismos, y no hay tantas diferencias entre los textos mayoritarios tardíos?
Podemos explicar esto por decir directamente que más antiguo NO es mejor. Esto es porque los manuscritos más antiguos muestran señales de ser unos de los manuscritos más corrompidos. El Códice Vaticano demuestra el trabajo de dos escribas y dos correctores, el último de los cuales escribió encima de la tinta del original. El Códice Sinaítico se demuestra ser la obra de diez diferentes correctores.
Incluso, la siguiente nota sirve como una clara evidencia de esto punto, “Finalmente, ellos (los cinco unciales antiguos) [A, B, Aleph, C, D] nunca están de acuerdo con respecto a ninguna lectura variada.” [Revisión Revisada] Y es por eso que Dr. Burgon llama a los cinco unciales “textos corrompidos” y el Texto Crítico un texto “depravado”.
Esto es importante de considerar porque los revisores de las Reina-Valeras 1862, 1909, y 1960 decidieron comenzar a meter cambios según el Texto Crítico en ellas. Esto alejó la Reina-Valera de su temprana reputación de ser una Biblia pura y basada en el Texto Recibido. Es valioso reconocer que estos cambios se basaron en unos pocos textos corruptos de Nuevo Testamento.
Donald Heinz sirvió como misionero en Chile por mas de 20 años.
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