¿Cree Usted lo Que Dios Dice?
por Donald Heinz
La cuestión de la Biblia en español y otros idiomas depende mucho de dos cosas: el método de interpretación de las palabras habladas por Cristo y la fe aplicada a las palabras habladas por Cristo. Todos los bautistas independientes fundamentales dirían que la Biblia es inspirada por Dios y preservada. Sin embargo, existe una tremenda controversia acerca de qué significa esto para las diferentes revisiones de la Reina-Valera. Entonces es importante volver más atrás en la línea de razonamiento. Volvamos atrás a la preservación de los Testamentos en los idiomas originales.
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo, “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” (Mat. 24:35; Mar. 13:31; Luc. 21:33)? Sin lugar a duda, Cristo dijo lo que quería decir, y quería decir lo que dijo. Y con los tres testigos sabemos que lo que tenemos es un preciso relato de exactamente las mismas palabras del mismo Señor Jesucristo en su ministerio terrenal. Tenemos tres testigos. Pero, ¿qué interpretación y aplicación podemos dar a estas palabras?
Primero, sabemos por Juan que Cristo no quería decir que todos las palabras que él haya hablado en la tierra iban a ser preservadas. Juan 21:25 dice, “Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, las cuales si se escribiesen una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.” Seguramente Cristo habló mucho más palabras en su vida que no se encuentran escritas en la Biblia. Por ejemplo, Lucas 2:49 es el único registro en la Biblia de palabras que nuestro Señor habló entre su nacimiento y el comienzo de su ministerio terrenal: ¡diecisiete palabras en treinta años! Seguramente Jesús de Nazaret habló mucho más que eso durante los años de su crianza. Pero, tenemos solamente diecisiete de ellas.
Entonces, cuando Cristo dice que sus palabras serán preservadas, no se refiere a la totalidad de sus palabras terrenales. Se refiere a un grupo de sus palabras elegidas por Él y el Espíritu Santo.
Segundo, Cristo prometió el ministerio del Espíritu Santo. Juan 14:26 dice, “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” El trabajo de los apóstoles era enseñar las palabras y la doctrina que Cristo trajo al período llamado el Nuevo Testamento. Y el Espíritu recordó a los apóstoles lo que Cristo había dicho y enseñado después de su ascensión. Juan 16:13, “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir.” Estas promesas de Juan 14 y 16 encierran todo el Nuevo Testamento como lo tenemos hoy. Lo que Él dijo en su ministerio terrenal, lo que Pablo recibió después de su ascensión, y las cosas por venir, Apocalipisis. Todo el Nuevo Testamento son las palabras de Cristo. Hebreos 1:1-2, “Dios, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, (2) en estos postreros días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien asimismo hizo el universo…” Cristo es la última revelación de Dios. No podemos añadir a la revelación de él mismo. Entonces, el trabajo de los humildes apóstoles era repetir lo que Él les había dado – sus palabras – el Nuevo Testamento. Entonces, Cristo está prometiendo en Mateo 24:35 la preservación del Nuevo Testamento.
Tercero, otra pregunta es, ¿Por cuánto tiempo? Mateo 24:35 contesta esa pregunta diciendo que aún cuando el cielo y la tierra son renovados, sus palabras estarán en tacto. La última vez que vi las noticias, que fue hace un par de minutos en el internet, todavía la tierra no había pasado. Me imagino que el cielo todavía está allí en su lugar también. Nunca tampoco he escuchado que todo el mundo fue destruido entre los días de Cristo hasta hoy. Entonces, podemos decir que hoy en día las palabras de Cristo, el Nuevo Testamento, todavía son preservadas.
Y cuarto, Otra pregunta es, ¿Dónde estarán preservadas sus palabras? Mateo 24:35 se refiere al cielo Y la tierra. Esto es importante porque muchos críticos textuales dicen que las palabras de Dios están preservadas solamente en el cielo. Aquí no las tenemos, dicen, o no sabemos dónde están entre los muchos manuscritos. Pero, Mateo 24:35 hace referencia a la tierra. Cristo hizo referencia a la tierra porque allí Él estaría preservando sus palabras también. ¿Qué utilidad tiene la preservación de las palabras en el cielo? ¿No puede Dios acordarse de sus palabras? ¿Tiene mala memoria? ¿Será para los santos en el cielo? ¿Es para los veinticuatro ancianos porque tienen mala memoria? No, hermano, es aquí en la tierra donde más necesitamos sus palabras. Y Él se compromete aquí preservar sus palabras, el Nuevo Testamento, en la tierra. Si Dios es capaz de mantener su creación en tacto hasta el juicio, ¿no será capaz también de guardar sus palabras?
Entonces, en Mateo 24:35, Cristo está profetizando la venida del Nuevo Testamento como un libro. Y se compromete preservar “las palabras” hasta después que pasen la tierra y los cielos. Esto concuerda con muchos otros versículos que aplican a toda la Biblia. Mateo 5:18, por ejemplo, profetiza la preservación de las mismas marcas de las letras en hebreo del Antiguo Testamento hasta el fin del mundo. Tenemos que preguntarnos entonces, ¿Dónde están estas palabras?
Sus palabras completas están en el Texto Masorético del AT y el Texto Recibido del Nuevo Testamento. Esta es la fe antigua y verdadera de los santos desde hace cinco siglos. Y es por fe que nuestros antepasados llegaron a esta conclusión. Ha sido imposible a los antiguos pensar que Cristo habría prometido algo que no pudo llevar a cabo. Cristo nunca hizo promesas huecas. El dijo lo que quiso decir, y Él es capaz de cumplir con sus promesas. La promesa de Mateo 24:35 se cumple en los Textos Masorético y Recibido. Esta es la regla por la cual juzgamos las traducciones de la Biblia.
¿Cree usted esto? Es imposible tratar el tema de la pureza de la Biblia en español sin una convicción de los textos en el idioma original. No existe ninguna regla por la cual uno puede medir la precisión de una traducción hasta que tenga por seguro cuál de las dos líneas de textos va a usar para la evaluación. Sin embargo, hay muchísimas personas opinando sobre el tema de la pureza de la Reina-Valera, sin ni siquiera haber visto un texto en griego o hebreo. Esto es imposible. Esas personas estarán dependiendo otras personas que dicen conocer el tema para su fe. Lo mejor es estudiar el tema y formar una convicción propia.
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